Uno de los problemas es que el sistema nos ha fragilizado, nos ha metido miedo a movernos, a coger cargas, a entrenar con intensidad. Si te mueves te romperás, porque tienes una hernia, un menisco roto… Esto incentiva el victimismo y la falta de responsabilidad en la propia salud, sembrando la creencia de que no hay mejoría posible y tirando la toalla, perdiendo nuestra autonomía y funcionalidad, además de fomentar la epidemia de sedentarismo, cuyos riesgos son mucho mayores que los supuestos de lesionarte por hacer actividad física.
Y otra gran excusa es la edad, ya que está extendido el pensamiento de que a medida que envejecemos nos hacemos frágiles y deterioramos, cuando se ha demostrado que la decrepitud se asocia más a la falta de movimiento que a la edad en sí, pudiendo llegar al final de nuestra vida con máxima independencia si mantenemos la masa muscular y buenos hábitos de movimiento y ejercicio.
No podemos subestimar la capacidad de adaptación de nuestro cuerpo, pero está claro que tampoco podemos pasar de 0 a 100… En Fisiofit proponemos el movimiento como terapia, enfocándonos en la técnica, la aplicación progresiva del volumen y la carga, y la intensidad como variable. Nuestro protocolo consiste en empezar de lo individual a lo grupal, en un paquete intensivo de 5 semanas en el que el cliente va adquiriendo habilidades y hábitos que empiezan con simples rutinas de 5 minutos, para poder terminar en una clase moviéndose con normalidad con otras personas durante un tiempo mas prolongado y con ejercicios mas complejos. El objetivo es desfragilizarnos, sentirnos físicamente competentes, superarnos día tras día y trabajar todas las aptitudes del fitness: la fuerza, la resistencia muscular y cardiovascular, la movilidad, la coordinación… al fin y al cabo, pasar de paciente a atleta.